Hace algún tiempo fui a una reunión de amigos, era una tarde calurosa, sobresalían los tops en las chicas y playeras y bermudas en los chicos, todos tenían tatoos, muchos o pocos pero tenían, excepto yo, en un instante todos coincidimos alrededor de la mesa y alguien mostró su más reciente tatuaje y habló del significado de este, en un momento de silencio, una de las chicas volteo a verme y me dijo «todos nos hemos rayado, ya deberías hacerlo tú también». Hubo un clamor general «ya te tardaste», «no tengas miedo, ni duele», «no seas ñoño…» y otros comentarios ‘alentándome’. Escuchar comentarios de esta naturaleza es tan común en los diversos grupos de convivencia, que la presión que ejercen pasa desapercibida.
La presión social negativa se define como la influencia que emerge en un grupo de personas (escolar, familiar, deportivo, etc.) al alentar a alguien a cambiar sus actitudes de modo que se ajusten a las normas del mismo; si la persona sobre la que se ejerce la presión, no tiene seguridad sobre su singularidad y diferenciación del grupo, y tiene poca o nula habilidad para hacer frente a esta contienda, pone en riesgo su sistema de creencias, valores, necesidades y gustos, ya que las ideas personales pasan a segundo plano para dar paso a las colectivas, sus acciones están supeditada al juicio de los que conforman el grupo, y se desarrolla una personalidad introvertida, dispuesta a responder a las demandas del colectivo.
La presión social viene en diferentes presentaciones, expectativa amorosa: «¿Y el bebé para cuándo?»; deseo de ver «estable» a la persona: «Hace tiempo no te conocemos pareja, ¿todo bien?»; Impulso al «éxito»: ¿No piensas hacer la maestría?; dar en el orgullo (lo que eso signifique): ¿otra vez lista de propósitos de año nuevo?, a ver si ahora sí los cumples; como fuere, ya sea expresada a manera de sugerencia o impositiva, la presión social negativa ejerce una fuerte influencia sobre la toma de decisiones de los individuos, que las eligen en función de mantener la pertenencia.
Para afrontar esta situación, tener claridad sobre el conjunto de valores que nos define es de vital importancia; identificar, dar a conocer y fortalecer aquellos que no se subyugarán a los del colectivo es pieza clave para evitar la necesidad de aprobación; regir el involucramiento con el grupo sobre la base de la tolerancia, ayuda a identificar el grado de aceptación y respeto sobre las diversas ideas que el colectivo pueda tener: a menor tolerancia mayor distancia con el mismo, es evidente que si hay tolerancia cero, entonces corre; por otro lado, si identificas que la percepción del valor que tienes sobre ti mismo se basa en la aprobación de otros, lo mejor es que fortalezcas tu autoestima a fin de evitar afectaciones de seriedad por causa de la presión social negativa. Si te identificaste con alguna situación de este artículo y se te dificulta resolverlo tú solo, por favor solicita ayuda profesional. Tu salud mental es importante.